GRACIAS

No era mi intención hacer ninguna entrada en el día de hoy. Pero siempre hay momentos y situaciones que se cruzan sin explicación y sin sentido. Y hoy se ha producido una de esas “sinrazones” que sobrecogen y producen impacto. Hoy he recibido un escrito de una persona que me manda unas líneas para ver qué me parece entendiendo erróneamente que yo puedo juzgar y decidir lo que está bien o mal escrito. Le pido permiso para colgarlo y solo me pide su anonimato. Persona creativa e interesante. Ahí va: GRACIAS.



SON TUS HUELLAS EL CAMINO, NADA MÁS.

Lo que para entonces no teníamos claro es que nuestras pisadas forjan historias. Nos encantaba tomar decisiones con la cabeza, dejar que la razón atara momentos y horarios, que cosiera nuestras decisiones al reloj con un hilo de planificación perfecta. Y habíamos olvidado nuestros pies. Habíamos dejado de lado la idea de que, son nuestras huellas las que hablan mejor de nosotros y de nuestras decisiones.

Perdona Machado por no ser capaces de recordar cada día que se hace camino al andar.

Comprendo que la vida nos pide correr muchas veces, pero no deberíamos ir tan rápido sin asegurarnos de que nuestras pisadas son seguras. Deberíamos disfrutar de nuestra particular manera de fijar el pie al suelo, del recorrido tacón-planta-dedos.

Clavar nuestros pies en la tierra y dejar que esta empape nuestro cuerpo de ideas y
sentimientos.

Pisar y sentir que no hay dos maneras de presionar nuestros pies contra el suelo, que hay pisadas que son dañinas y otras sin embargo que, como consecuencia de un traspiés, son seguridad y tienen capacidad de devolvernos al camino. Hay pisadas de gloria, de timidez, y está la primera pisada de un largo camino; la que inicia una aventura. Hace poco he aprendido que no hay derrotas, sino lecciones; no se pierde, se aprende.

Y tengo la extraña certeza de que todos deberíamos volver a aprender a andar, o al menos a aprender de ello.

Caminar no es un simple alternar de piernas, caminar conlleva siempre avanzar y cambiar, y esto solo es apto para valientes.

Y bailar un poco más, bailando dejamos que nuestros pies hablen por nosotros.