empezamos a legislar donde tendría que llegar la educación



Hace un par de días he recibido un correo enviado por una señora opinando sobre esta entrada en el blog y en donde me indicaba que no era necesario incluir las expresiones tan “gráficas” que tenía en mis comentarios. Aunque cierto es que los textos eran y son el día a día del vocabulario habitual en la calle, agradezco el consejo. De forma que he corregido esta entrada.

Entre mil y un sufrimiento se aprobaron los Presupuesto Generales.
Este es un tema que a mí me parece un auténtico milagro vista la falta de solidaridad de la que hacen gala todos los estamentos dependientes de cualquier administración de España. Y sería motivo de muchas reflexiones analizar cómo es posible que un país con personas tan solidarias es tan poco solidario en las instituciones. Será que las instituciones están cada vez más lejos de las personas; y esto es porque los políticos son de un nivel intelectual, profesional y humano extraordinariamente bajo. Y aquí sí que no cabe echarle la culpa a nadie en concreto. La culpa es de los votantes que cada 4 años ponemos nuestra papeleta en una urna dando la confianza a unos señores que después hacen y deshacen a su antojo. Y aquellos políticos que defendían a los niños que juegan en las calles, ahora, sin ningún pudor, imponen a sus votantes que los niños “propios” jueguen en un jardín y piscina privada. O surgen otros políticos que incluyen en los presupuestos partidas para los jubilados y pasados cuatro años son ellos los que se organizaron una jubilación fabulosa en paraísos fiscales. Pero es lo que hay.
Pero la realidad es que el milagro del los Presupuestos aprobados se ha producido. Y desde luego es un milagro comparable al funcionamiento de una familia que tiene 3.000 € de ingresos y promete gastar 1.000 € en coches, 1.000 € en comida, 1.000 € en colegios, 1.000 € en la Primera Comunión de la niña, 1.000 € en ocio y 1.000 € en calefacción y agua; si los gastos suman 6.000 €… ya veremos a final de mes qué hacemos. De lo que se trata es de decir a todos “sí”.
Y prometo que hoy iba a interesarme por qué parte del presupuesto iba a ir destinado a EDUCACIÓN. Pero para qué interesarme si lo que pone en el papel de los destinos del dinero me da que lleva más mentiras que un euro de madera…
Y ahora ya sí es motivo de reflexión más triste y preocupante: el cada vez más nulo interés por la educación. 
El apartado económico destinado a educación está llena de trampas y engaños; trampas y engaños en las promesas en mejoras en sueldos a maestros/as que NO TIENEN COMPARACIÓN POR SU PRECARIEDAD CON NINGÚN OTRO ESTAMENTO teniendo en cuenta que se trata de la profesión más importante en un país que se precie; carreras “gratuitas” que son una auténtica estafa para los chavales que descubren perplejos que cuando terminan su carrera gratuita en una Universidad esa misma Universidad organiza varios masters imposibles de pagar sin los cuales no pueden ejercer…para entendernos: “haz una carrera gratis durante 4 años pero no tienes nada si no haces un grado (o cualquier invento que se le ocurra a algún iluminado) que te va a costar una pequeña fortuna”; por no hablar de la venta de “colegios bilingües” en donde después de 6 años de primaria, 4 de ESO y 2 de Bachillerato los alumnos/as tienen que apuntarse a academias y/o marchar un tiempo al extranjero a estudiar inglés porque son incapaces de aprobar las más elementales pruebas de acceso a cualquier trabajo.
Con todo lo más triste de la Educación es el fondo y las formas que se han instalado en la sociedad. Como un cáncer imparable y demoledor se ha ido expandiendo acabando con el cuerpo más sólido de un país que es LA EDUCACIÓN. Tal es el deterioro que ya tenemos que echar mano de la jurisdicción para llegar donde la educación tenía que haber llegado hace tiempo.
La EDUCACIÓN es una obligación, un bien y una responsabilidad de TODOS; arriba, abajo, derecha e izquierda. Y todos sin excepción han acostumbrado a esta generación que ahora anda entre los 15 y 30 años a un grado de deterioro en las formas que como un efecto boomerang se vuelve contra todo y todos/as.
Ejemplos: MILES.
El más cercano en el Congreso. Ni más ni menos que en pleno debate sobre los Presupuestos del Estado TRES DIPUTADOS sacan unos tuppers y organizan una comida campestre. Sorprendidos ante la llamada de atención de la Presidenta del Congreso se indignan, cogen sus viandas y se largan a los pasillos con la comida a medio consumir abandonando entre otras cosas su trabajo.
Tampoco es mal ejemplo el lenguaje que se escucha en todos los rincones del país, en el día a día de la calle que no causa ni el más mínimo sonrojo. En los buses, metros, caminando por la vía pública, trabajos y como no: EN LOS COLEGIOS en donde el “me cago en la ….”, “me cago en cualquier signo o personaje religioso”, y un sinfín de frases y expresiones forman el día a día normal. Tan habitual es ya que el niño/a que se sale de ese tipo de expresiones es el “colgao”…el inadaptado…el que aparece fuera de la movida.
Y ante tanto deterioro de la Educación aparecen los gurús en forma de “sagrados líderes” que no pierden oportunidad para falsear y retorcer las cosas. Porque cuando las sociedades se adormecen, se las aleja de la cultura, se las atonta, manejarlas es fácil (conviene recordar la primera medida que adoptó Goebbels en cuanto Hitler llegó al poder: regalar una radio a todos los que pertenecían al partido nazi). Y esta aparición se personifica en el torticero uso que se hace de la “libertad de expresión” en donde las maneras de decir las cosas, en un país civilizado, no tendrían ni DEBERÍAN tener cabida. Hay mil maneras de opinar a favor y/o en contra de algo o alguien, pero hasta que no apartamos de manera drástica expresiones soeces e insultantes para convertirlas en RECHAZABLES DE PLENO no podremos “respetar la libertad de expresión”…por lo menos yo.
¿Como es posible que un individuo se suba a un escenario y “ se cague en la … madre de los fiscales y en los hijos de … de la Guardia Civil”, aliente a las personas a buscar gente para matar y todo esto se pueda encasillar en “libertad de expresión”? ¿significa que yo mañana, si el dentista que me espera el lunes (para mi desgracia) no me gusta me puedo poner en la puerta de su casa a gritar las lindezas que me he visto obligado a poner antes refiriéndome a los dentistas?
¿Cómo es posible que un “actor” salga en una cadena de televisión, acogiéndose a su “libertad de expresión” y tenga las narices de decir “me cago en la madre que parió a…” ante el silencio CÓMPLICE del presentador? Significa esto que yo, en el uso de la “libertad de expresión” pueda levantarme en el patio de butaca el día que este actor esté trabajando y dirigirme a él o al público con esas formas y maneras?
¿Cómo es posible que no exista un rechazo unánime y rotundo a esas FORMAS?
¿Cómo es posible que en un programa de televisión una “concursante” afirma entre risas que “me voy a… esta noche a Diego, y si me falla me tiro a… porque tengo ganas de polvazo”?  Y es curioso como la mala educación atrapa a los que la usan y se vuelve contra ellos: las lamentables expresiones (“¿libertad de expresión?”) de esta concursante son terriblemente parecidas, por no decir exactas, a los whatsup que los juzgados por LA MANADA utilizaron para contar sus “conquistas” y “logros”. La mala educación consigue estas gestas: que lo que te hace gracia y “mola” resulta que es una lacra e indigna.
Identificar EDUCACIÓN con ideologías y/o estratos sociales, situación económica de las personas es la estrategia burda utilizada por los simples. Asistir o no asistir a una celebración religiosa de cualquier signo es un bien común a la que cualquier persona puede acogerse o puede rechazar; puede estar de acuerdo o no pero nadie ni nada puede agarrarse  a “la libertad de expresión” para emplear expresiones como las arriba explicadas.
Eduquemos a los niños/as que la EDUCACIÓN es un bien gratuito, NECESARIO, INDISPENSABLE Y ÚNICO camino de unión entre culturas y personas. Eduquemos a esta generación que ahora anda entre los 0 y 15 años a que les suene feo, hostil, desagradable, deplorable expresiones como las que día a día tenemos la desgracia de escuchar.
Elijamos una escuela, colegio para nuestros hijos en donde lo más grave sea demostrar formas y expresiones soeces. Una niña que suspende 10 asignaturas es recuperable. Un niño mal educado es potencialmente un adulto que gestionará mal la vida familiar, afectiva y laboral y más vulnerable a la aceptación de gobernantes simples. Una niña que asuma una vida “educada” no tendrá que hacer un esfuerzo extra para dirigirse a nadie en el mundo sea cual sea el color de su piel y condición.
Si no invertimos en educación tendremos que legislar para ordenar actitudes donde tendría que haber llegado la educación.