cuando la vida decide por tí


El 3 de julio de este año nos encontramos con la noticia de que Irene Montero y Pablo Iglesias, políticos y líderes de Podemos, se vieron inmersos en un contratiempo inesperado: el nacimiento prematuro de los dos niños mellizos previsto para finales de septiembre.
Cuando los pequeños andaban en su 24/25 semana de gestación, Irene, la madre,  fue trasladada de urgencia al hospital en donde se produjo el parto de las dos criaturas.
Y es que la Naturaleza tiene mucho que decir en los embarazos, y cuando “siente” que el mecanismo del feto no marcha en el útero materno como debiera, actúa.
¿cuándo y por qué se producen estos partos prematuros? Aún sin ser médico, pero gracias a algo tan socorrido como google, se puede comprobar que los motivos de estos imprevistos en los embarazos son múltiples y diferentes. Algo sí es coincidente (según la prestigiosa publicación The Lancets): el desarrollo de estos bebés prematuros tiene un 40 %  de posibilidades de tener secuelas que se harán presentes en problemas cognitivos en diferentes grados a lo largo de los primeros años, muchos problemas de aprendizaje, memoria a corto plazo y aspectos sociales e incluso hay muy importantes estudios que correlacionan la vida prematura con el TDAH.
Este tipo de nacimientos se consideran de alto riesgo por el escaso peso de los bebés y las serias dificultades con la respiración.
En el momento en que los mellizos de Irene (24/25 semanas de gestación) “deciden” continuar su vida fuera del útero de su madre, Leo y Manuel, nombres ya puestos por Pablo e Irene a los pequeños, presentan ya un aspecto que a lo largo de las primeras 24 semanas se ha ido gestando:
A las 9 semanas Leo y Manuel comenzaron a crecer y empezaron a desarrollarse dentro del útero de su madre; a las 12/13 semanas las piernas de ambos empezaron a definirse; a las 14 semanas los ojos reaccionaron por primera vez a la luz y los oídos percibieron los primeros ruidos externos. Por esta época los bebés empezaron a reconocer la voz de su madre.
Muy poco tiempo después, aproximadamente a las 15/16 semanas de embarazo, empezaron a crecer las uñas de ambos bebés; y a las 19 semanas los párpados se despegaron y se abrieron.
En esta época de gestación, Leo y Manuel “consideraron” continuar en el mundo de su padre y su madre: fue aquel 3 de julio en que todos nos despertamos con la noticia del nacimiento prematuro de los “bebés de Irene Montero y Pablo Iglesias”.

Pocas fechas antes Irene y Pablo, forzados por una investigación periodística, anunciaron la compra de un chalét en las cercanías de Madrid. La polémica estaba servida. Una pareja que comenzó su andadura política entre los miles de jóvenes concentrados en la Puerta del Sol el 15 de marzo del 2011 prometiendo a todos y todas una vida mejor y acabar con “los que desde los chalets NOS someten y roban” se encontraba atrapada en la cruda realidad.
Y de todos los argumentos que expuso Irene Montero en la rueda de prensa convocada para “justificar” la compra de su chalét, uno sólo me convenció: ”queremos que nuestros bebés crezcan en un lugar lo mejor posible”. Cuando los adultos recibimos la feliz noticia de un embarazo en la pareja, TODO CAMBIA en beneficio de los nuevos inquilinos de nuestras vidas. Cambia tanto que incluso cuando el embarazo camina en las primeras semanas ya les ponemos nombre: unas Belén, otras Rocío, y otros Manuel y/o Leo.
Y posicionándome muy lejos de las ideas políticas de ambos líderes les ENTENDÍ.
El destino es tan sorprendente y sorpresivo que la LEY DEL ABORTO vigente en España permite abortar hasta la semana 24 de gestación… aproximadamente las fechas en que Leo y Manuel se encontraban cuando fueron ingresados junto a su madre en el hospital. Momentos y época en que ambos bebés ya diferenciaban los sabores dulces y salados, momentos y época en donde ambos bebés ya diferenciaban a la perfección la voz y los tonos de su madre en contraste con cualquier otra persona: ese milagro no se produce por trabajo de nadie ni de nada; es la NATURALEZA y el misterio de la vida.
No es intención hoy plantear el debate moral y político sobre el aborto.
Mi intención hoy es el deseo de FIRME Y CONVENCIDO de que ambos niños salgan del trance lo mejor posible; y con ellos, junto a ellos, que salgan igualmente felices sus padres. Y en especial su madre: Irene.
Y con la misma firmeza y convencimiento que me mueve a tener ese deseo, me mueve la seguridad de que Irene Montero está pasando el trago más duro de su vida; porque ella sabe que Leo y Manuel, en su 24 semana de gestación, ya tenían – Y TIENEN – nombre, reconocen su voz y porque ser madre te cambia la vida. Incluso te cambia la vida porque si en lugar del imprevisto del 3 de julio, la situación hubiera surgido con motivo de una rutinaria visita médica en donde te hubieran advertido que el parto, los niños (que ya tenían y tienen nombre) venían con problemas no hubieras tenido ninguna duda en tu decisión de continuar facilitándoles su llegada al mundo. Los niños estaban en “las fechas permitidas” para el aborto. Pero SENTIR que algo late dentro de ti, que distingue la luz, que respire Y QUE RECONOCE TU VOZ no admite dudas.
Y mucho más si ya estás amueblando el chalét en donde Leo y Manuel van a crecer…
Quizá estén cambiando algunas cosas en Irene, quizá muchas. Posiblemente las mantenga en silencio y no las haga públicas. La vorágine de las ideologías que atrapan tienen estas cosas: ya no hay marcha atrás y hay que seguir en “la lucha por los derechos de todos y de todas”.
Tu lucha, Irene, ya es doble: la de la calle y la de la intimidad del hogar. La de la calle que te mueve a acudir a “ganar votos” todos los días como sea y acosta de lo que sea y la de la intimidad del hogar que te mueve a agradecer al destino que se te apareció en forma de ingreso rápido el 3 de julio del 2018 y no en forma de una rutinaria consulta médica y tener que haber decidido sobre Leo y Manuel.
Y es que la vida te tiende trampas y te hace sentir sobre temas que pensabas que eran teorías, y te sobrecoge pensar que cuando asumes la decisión de “no dar camino” el que “deja de caminar” está escuchando tu voz.