"hay dos tipos de dictadores: los impuestos y los elegidos". Bob Marley


El músico jamaicano Bob Marley fallecido a los 37 años en Florida (E.E.U.U.), al margen de su buen hacer dentro de la música, nos dejó algunas frases memorables entre las que resalta una sobre los dirigentes: “ hay dos tipos de dictadores: los impuestos y los elegidos, que son los políticos”.
Falleció en 1.981, hace ya 35 años, época de reivindicaciones y movimientos alternativos muy diversos y diferentes; América Latina, países del Este en Europa, multitud de países Africanos y Asiáticos eran gobernados por dictadores de toda índole y condición, de todas las razas posibles y ubicados en muchos de los países del mundo. Eran dictadores impuestos…los de ahora elegidos.
Bob Marley se erigió en estandarte contra todas las personas oprimidas y celebraba con alegría el cambio producido en algunos países y el paso de las dictaduras a flamantes nuevas democracias. Cercana su muerte nos dejó esa reflexión con la que he titulado esta entrada.
Me gusta la frase; y me gusta porque, pasados ya 35 años, está de rabiosa actualidad.
De todas las profesiones y actividades posibles para ganarse la vida, la de político se me presenta como la más contradictoria pues en ella confluyen dos ideas decisivas: ocupa el papel más significativo en la vida de los ciudadanos y a la vez se trata de la profesión menos preparada y de más bajo nivel de todas las que conozco.
Solo imaginar que a la hora de someternos a una operación médica a corazón abierto la persona encargada de “abrirnos” tuviera la preparación y experiencia de nuestros políticos causa terror. Y elijo la profesión de médico por ser la primera que se me viene a la cabeza; elijan cualquier otra, pongan una mujer o un hombre al frente con los conocimientos de un político y tiemblen.
Y a lo peligroso que ya de por sí supone la escasa valía de los gobernantes se une un complemento triste y dramático: la total aceptación de los ciudadanos y ciudadanas de que sus dirigentes y organizadores de sus vidas reconociendo que son unos absolutos ineptos.
La aceptación de este sinsentido es el único éxito de los gobernantes: el diseño y la estrategia organizada y planificada por los gurús de la política para conseguir no solo la sumisión incondicional de los votantes, sino la alegría desbordada y desbordante con la que los ciudadanos aplauden las injusticias, malas artes e incoherencias de sus líderes…con tal de que gobiernen los suyos. Los votantes se mantienen fiel a dos mecanismos: unos llegan a esta sumisión felices de manera inconsciente y asumiendo su abducción y los otros llegan, no tan felices, bajo el socorrido argumento del “no es no” haciendo suyo ese lamentable slogan que pasea por Europa en la actualidad que resume a la perfección el motor de los partidos políticos: no es importante lo que yo diga ni piense, sino no aceptar lo que diga y/o piense el otro.
La dependencia de los votantes con sus políticos es muy parecida a las mujeres con sus agresores en la violencia de género: se trata de una sumisión enfermiza y una aceptación de esa situación, conscientes de que no es aceptable ni admisible…pero simplemente ES ASÍ y ASÍ DEBE SER.
El proceso y la manera en que las personas, mayoritariamente jóvenes, llegan a esta sumisión a sus líderes merece una posterior entrada en el blog; aunque la argumentación la podemos ir adelantando: infantilismo de las personas acogidas a una eterna adolescencia, nulo o escaso interés por la cultura dejando esa parcela a los “gobernantes” que ya “me explican lo que ellos ven y piensan y me facilitan la costosa tarea de leer e informarme”, la falta de saber escuchar falseando el sentido de palabras como diálogo, respeto, concordia y solidaridad aplicándolas en el lugar que conviene a su doctrina, llenar la parcela de los satisfacciones con placeres light de fácil acceso y cuya preparación previa es mínima (fútbol, conciertos musicales multitudinarios), acceso fácil a adicciones de fácil consumo y acceso y una carencia total de recogimiento espiritual. Este sistema conocido, antiguo y repetido una y mil veces a lo largo de la historia consigue incluso que la energía desbordante y creadora de la juventud puesta en muchos casos en causas positivas y realmente necesarias y enfocadas a mejorar la vida de las personas sufran también la seducción de este mal de nuestros políticos. Así aquellos cientos de miles de jóvenes que impulsaron el 15-M en el año 2011 una propuesta social y popular sin colores políticos reivindicando causas justas ven, 7 años después, como los políticos que se acercaron al olor de los votos y el poder prometiéndoles mejoras en sus vidas sólo ha mejorado la vida de ellos mismos mientras los auténticos impulsores de aquel movimiento permanecen igual…o peor.
O la más reciente reivindicación del feminismo, tan justa como necesaria, que ya ha sido “conducida” por los infames gobernantes a un lugar en donde las mujeres reivindican la igualdad de las mujeres que piensan como ellos y no de TODAS LAS MUJERES.
Este escaso, por no decir nulo,  valor intelectual y profesional de los gobernantes en el mundo se nos hace presente en forma de políticos tan sorprendentes como Donald Trump (E.E.U.U.) y Kim Joe (Corea del Norte) que adornan sus entrevistas diplomáticas con insultos como “anciano, hombre cohete, bajo, gordo, viejo lunático…”. Nos lo podríamos tomar a broma si no fuera porque ambos rigen dos países más que decisivos en el orden mundial y que una mala digestión podría impulsar a la muerte de miles de personas.
Y acercándonos un poco tenemos al italiano Salvini que, al margen de sus continuos comentarios irónicos sobre las miles de personas que en barcos, pateras y barquitos de juguete navegan a la deriva por el mar Mediterráneo, se da una opípara cena con asistencia de medios de comunicación el día que se ha producido el derrumbe del puente del estrecho de Mesina en Sicilia con decenas de muertos.
Y acercándonos más tenemos a Pedro Sánchez que en dos meses escasos ha conseguido el record de ser el político más mentiroso de Europa; y éste político, que por desgracia es el nuestro, con un añadido especialmente dañino y malévolo y que forzosamente me hace volver al argumento expuesto antes sobre el paralelismo de nuestros políticos con los maltratadores de género: la mentira está institucionalizada y no se trata de ocultar y/o disimular; es asumida por los votantes abducidos con absoluta normalidad.
Tan abducidos estamos que no ha habido ninguna reacción de ninguna asociación defensora de los homosexuales ante las declaraciones de Toni Alba, cómico catalán de TV3, que al referirse a Miquel Iceta, líder del POSE en Cataluña, le llama “bombona bailarina” en clara referencia a su homosexualidad. Los “abducidos” esperan a opinar a que sus líderes les indiquen qué político es un gay de primera y cuál es de segunda.
Y la lista de políticos ignorantes, malévolos y manipuladores es interminable.
Solo imaginar que a la hora de someternos a una operación médica a corazón abierto la persona encargada de “abrirnos” tuviera la preparación y experiencia de nuestros políticos causa terror. Sí: causa terror porque solo imaginar que al salir de la operación me dicen que se equivocó el cirujano encargado de la intervención quirúrgica en cuestión y en vez de operarme del corazón, me operó el dedo pulgar del pie derecho y/o soy informado de que el brillante cirujano no tiene titulación alguna me alarma y sobrecoge; claro que en el caso de la medicina podría denunciarle y en el caso de los políticos no solo no podría hacerlo sino que tendría que defenderlo “a muerte”, sin corazón y dedo pulgar del pie derecho, porque es de mi partido y soy “un fiel abducido”.