España es líder durante 26 años consecutivos en trasplantes de órganos



Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) España ocupa (que no “okupa”) por vigésimo sexto año consecutivo el liderazgo en números de trasplantes.
No voy a cansar con datos y datos que sin duda aburrirían al lector; les trasladaré los más llamativos:
En España se realizan más de 13 trasplantes diarios

Uno de cada cuatro trasplantes que se realizan en el mundo se hace en España
El 20% de todos los trasplantes que se hacen en la Comunidad Europea  se realizan en España
España exporta su Modelo de Gestión a Reino Unido, Francia, Croacia, Italia, Canadá, Australia, América Latina y una larga lista de países que se hace interminable citar.

Las conclusiones que se pueden sacar de estos datos son múltiples y muy variadas pero una es común a todas: se trata de un éxito muy importante de España en un tema en donde es indispensable una buena organización integrada por brillantes profesionales, con un engranaje que conecte a la perfección a las diferentes personas y/o entidades para que se produzca el traslado en las condiciones óptimas y con la rapidez necesaria; médicos, anestesistas, enfermeros y un sinfín de personas puestas al servicio de una cadena que funciona a la perfección y que define a un país solidario, bien organizado y con profesionales muy capaces.
Es indudable que por encima de cualquier conclusión que se pueda sacar, la primera y más importante, y que sobre sale por encima de cualquier otra, es la SOLIDARIDAD de los ciudadanos españoles indispensable para poder llevar a efecto este éxito tan importante.
Me pregunto ¿cómo es que se ha producido en España este “milagro”, país en donde la solidaridad es una palabra de la que ya se han apoderado los mediocres utilizándola a su antojo y conveniencia?
¿Cómo es posible que en España se haya producido este “milagro”, país en donde ya se da por asumido como “problema normal” que una parte del territorio quiera separarse del resto para no compartir ni repartir entre las demás ciudadanos?
Escuchando a Rafael Matesanz, responsable durante 28 años de este extraordinario éxito y jubilado en este año 2018, y a su sucesora, Beatriz Domínguez-Gil, a mí no me cabe ninguna duda de las 3 razones que nos han situado a la cabeza del mundo en esta tarea:
El funcionamiento está centralizado y no depende en ningún momento de organigramas y/o legislaciones dependientes de ninguna Comunidad Autónoma; un dato revelador así lo indica: el 21,9% de los trasplantes se producen con órganos que proceden de otras Comunidades. No existe por tanto burocracia ni ningún interés que intervenga en el proceso colocando al paciente en PRIMER Y ÚNICO LUGAR. Al final del año 2017 las provincias que figuran en cabeza en número de trasplantes son La Rioja, Cantabria, Navarra, País Vasco, Extremadura y Murcia. Desde Madrid se organizan los traslados con la colaboración de entidades como Iberia, Vueling y Air Europa y en el curso pasado incluso se utilizaron en 61 ocasiones aviones militares.
Nula participación de los políticos. La ONT (Organización Nacional de Trasplantes) ha tenido una cabeza responsable, Rafael Matesanz, que ha hecho una gestión tan perfecta que durante sus largos años al frente, 28, ha visto pasar gobiernos de un signo u otro y ninguno de ellos se ha atrevido a intervenir en su gestión. El vicio y/o mala costumbre de los políticos en colocar familiares, amantes,  parejas y/o colegas allá donde pueden no se ha producido ni ha tenido cabida en el modelo de gestión de la ONT a pesar de tratarse de una cadena muy amplia, lo que ha permitido mantener al frente a PROFESIONALES de todos y cada uno de los campos necesarios para su funcionamiento.
Un método de selección del personal absolutamente profesional con un proceso de selección serio y riguroso en todos los apartados necesarios y con responsables con amplia experiencia y con muchos años en sus puestos.

Cualquier comparación en España con el funcionamiento de otros servicios es caer en la más absoluta depresión.

Imaginar, por ejemplo un SISTEMA EDUCATIVO, basado en estos tres pilares es soñar en un imposible. Una educación que pensara en el alumnado como PRIMER BENEFICIARIO, una organización estatal preocupada en que el alumnado de las escuelas y/o Universidades de Extremadura, Andalucía o Cataluña tuviera las mismas infraestructuras. Unos políticos ausentes sin posibilidad de intervención en una actividad organizada y regida por profesores y profesoras con sueldos, ¿por qué no?, parejos al de los políticos.
Donde pone “SISTEMA EDUCATIVO” pongan cualquier prestación.
Imaginar los aviones militares trasladando urgentemente material de trabajo necesario para el comienzo de las clases desde Cataluña a Andalucía como ocurre en la ONT con los órganos necesarios para un trasplante es algo que suena a utopía y absurdo; y posiblemente lo sea y se haya convertido en un imposible. Y quizá en este caso concreto existan mil argumentos de peso para negar la  utilización de un avión militar, con los gastos que ocasionaría, para este menester. Es posible. A mí, hace no mucho tiempo, me parecía más absurdo utilizar un avión militar para llevar a un presidente a un concierto y/o utilizar millones de euros en sufragar a los independentistas; y me tengo que aguantar e ir “tirando” con lo que hay.

Utopías. Desde luego.

Pensar que un niño no tiene unas instalaciones dignas donde practicar deporte o una niña no tenga una biblioteca digna en cualquier escuela de España donde sentarse a leer y la cantidad de dinero que se va en “trabajos”, “viajes” y “sueldos” de y para los mediocres que nos conducen produce sonrojo, indignación y pena.
España y los españoles somos un país solidario, compuesto por ciudadanos dispuestas a trabajar por y para el bien común de todos; pero la manipulación de las personas con palabras vacías hace que parezcan raros los que soñamos con muchos Rafael Matesanz y Beatriz Domínguez al frente de todos los servicios. Personas con ideologías que desconocemos puesto que ellos mismos las reservan para la intimidad, reunidos para mejorar un servicio que ya es el número uno en el mundo en lugar de andar reubicando cada x tiempo al personal según el partido que gobierne y/o sin establecer el número de directivos y trabajadores según el sexo.

Hasta ayer el responsable era un tal Rafael y a partir de hoy se llama Beatriz. Un hombre y una mujer con algo en común: su capacidad y profesionalidad que les hace ser los mejores en su actividad.
¡¡ ENHORABUENA !! 
Beatriz Domínguez-Gil (Directora general ONT, Organización Nacional de Trasplantes)