los niños: un regalo menor


Me cuesta entender cuál de los dos es más infame: el que lo ofrece o el que lo considera un regalo menor.

Y es que la ya de por sí incalificable clase política que dirige en la actualidad a España, consigue con el paso del tiempo superarse hasta límites que provocan algunas veces sonrojo, otras sorpresa, y las más :indignación. Por mi parte: un desprecio total y absoluto.

Que el nivel intelectual y moral de nuestros políticos es de una pobreza inaudita ya no admite discusión. 

La institucionalización de la mentira y las continúas descalificaciones han colocado a nuestros gobernantes en un lugar de donde sólo se puede percibir ambición personal y utilización torticera y partidista del dinero (que no es otra cosa que el trabajo de los ciudadanos). Con todo, algo les exculpa y justifica: ser político es la única…¡¡SÍ: LA ÚNICA!!... profesión donde no se exige ningún tipo de titulación.

Y no toda nuestra clase política es tan patética. Honrosas excepciones hay. Pocas… pero cuesta encontrarlas.

Aún así hay algo misterioso y demoníaco que ayuda a que estos personajes continúen vagando por nuestras vidas haciéndoles inmunes a asumir cualquier responsabilidad sobre las decisiones que van tomando. Es el misterio que nace del agotamiento de los hombres y mujeres que religiosamente, como sí de una secta se tratara, admiten los despropósitos de nuestros gobernantes. Es esa fuerza demoníaca que convierte a nuestros “estadistas” en seres peligrosos; y digo ‘peligrosos’ considerando el término en toda su magnitud: peligroso es aquel que indica peligro.

La burda utilización de las mujeres para enfrentarlas unas con otras, el desfalco en las arcas públicas del dinero de todos para dárselo a los amiguetes y/o el infame silencio institucional con 0 dimisiones ante los continuos asesinatos de mujeres en donde las cifras igualan en 6 meses del 2019 a las de la totalidad del año 2018, el desprecio absoluto sobre nuestros mayores y un sinfín de informaciones obscenas con ocultación de datos sobre hechos gravísimos que acontecen por la geografía española un día sí y otro también, hacen que sólo se pueda encontrar una explicación a la aceptación sumisa de los ciudadanos: estamos anestesiados y caminamos como zombies por una vida que es nuestra y que, por mor de tanto político, ya no nos pertenece.

Y con este panorama hemos tenido estos últimos meses un protagonismo cansino y horroroso de estos políticos que por esta España caminan.

La preparación de la investidura del nuevo Presidente del Gobierno ha copado toda nuestra atención; ¡y lo que nos queda! 
Cientos de portadas de prensa escrita y digital, televisiones y radios. 

Y es que durante los días 22 y 23 de julio hemos asistido a las negociaciones que el candidato, Pedro Sánchez, ha tenido que realizar para conseguir apoyos suficientes que le den una suma de SÍES para seguir en La Moncloa. Le vale para gobernar igual el voto de uno que de otro; descalifica a todo el que opina diferente a él; ríe y se carcajea de los discursos de los representantes de otros partidos políticos, que por cierto están ahí porque millones de ciudadanos les han dado su voto (¿engañados los votantes? muy posiblemente; pero personas tan respetables como los engañados por él y que le han votado).
Para ganarse los apoyos necesarios, el inquietante Pedro Sánchez, comercia con Ministerios negociando puestos y manejo de dinero con la desfachatez propia de un individuo peligroso: sin exigir ni la más mínima preparación a los candidatos. Sólo les exige a aquellos que le voten. Si le apoyas vale todo.

Y harto como estamos millones de ciudadanos del manejo del poder de estos políticos - hoy Pedro Sánchez… mañana: ya iremos viendo- el 23 de julio de este 2019 ha superado todo lo imaginable.

El candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, ofrece como oferta “muy generosa” el MINISTERIO DE LA INFANCIA, por cierto sería de nueva creación para la ocasión, a Irene Montero. Al margen del error estratégico que supone dar ‘un ministerio de la Infancia’ a una comunista sabedores hasta los más indocumentados del escaso valor que le da el pensamiento marxista a los niños (salvo los propios), queda demostrada la pobreza moral de un gobernante capaz de inventar sobre la marcha un ministerio de LA INFANCIA. Un MINISTERIO DE LA INFANCIA que él mismo califica como “una oferta muy generosa” aunque le aclara que no va dotada de presupuesto económico.

Y si infame es la propuesta, más infame es la respuesta inmediata de los comunistas: “es un ministerio decorativo. Queremos algo más atractivo, respetuoso y respetable” Lo escrito aquí no es ninguna interpretación a palabras o gestos; es la contestación clara y escueta que toda la ciudadanía ha escuchado a las puertas del Congreso.

Una vez instalado en La Moncloa el tal Pedro Sánchez, osará ‘prometer` mejoras en la educación buscando el voto de los miles de maestros de España, que son los auténticos impulsores de cualquier país que se precie de querer mejorar. Osará decir a mandíbula abierta ‘niños y NIÑAS’ cuidando bien el matiz feminista de sus palabras cuando hoy queda bien demostrado que ellos y ELLAS, mientras sean menores, son para el sr. Sánchez meros objetos decorativos.

Asistimos a un deterioro de la sociedad que ya da por normal unas palabras que en cualquier país civilizado sería motivo de dimisión inmediata de aquel que ofrece y de aquel que rechaza por considerarlo un regalo menor un MINISTERIO DE LA INFANCIA.

Hace escasas fechas ha sido nombrada Ursula Von der Leyden nueva presidenta de la Comisión Europea. Para acceder a ese puesto se le dio uno de los Ministerios más prestigiosos en Alemania: EL MINISTERIO DE LA TERCERA EDAD, MUJERES Y JUVENTUD. Rechazó durante sus 4 años que estuvo al frente de este ministerio encabezar  cualquiera de las múltiples manifestaciones a la que las entidades feministas la invitaban asegurando que ‘niños, mujeres y mayores’ son un bien a defender por todos. Al mismo tiempo consiguió el acuerdo más importante alcanzado hasta el momento en cualquier país de la zona europea en materia de igualdad de género: el compromiso de las empresas alemanas de una cuota de participación femenina del 20% en el año 2018 y del 40% en el 2023. Y en Alemania la palabra ‘compromiso’ significa COMPROMISO.

No cambio España por ningún otro país. Me gustan nuestras gentes; del campo y de la ciudad. La alegría de unos y otros. Nuestra hospitalidad y nuestra historia llena de personajes maravillosos en las artes, las ciencias y en la política.
Sin embargo uno, al ver el estilo de estos 'españoles gobernantes' que consideran “objetos decorativos” a nuestros niños siento vergüenza.
Tengo la seguridad de que lo acontecido hoy en el Congreso con este compadreo y mercadeo de nuestros niños  va a a tener un precio que pagaremos todos. Este trato nos lo van a devolver nuestros niños cuando sean adultos. La manera y las formas las desconozco; pero dar por hecho que los niños que van a formar la próxima generación van a dar por bueno este maltrato institucional al que fueron sometidos es de una ingenuidad supina.

Nos pagarán a todos con la misma moneda. A los que ríen las ocurrencias malignas de estos políticos y a los que miran para otro lado sin exigir el cese fulminante de estos  negociadores de los niños.