Visitando la casa de Zweig

 

Salzburgo es una población austriaca en la frontera con Alemania atravesada por el río Salzach que divide a esta bellísima ciudad en dos partes. En la parte izquierda se encuentra la “Salburg conocida” cuyas calles están repletas de visitantes atraídos por tanto derroche de cultura.

Sin embargo, al otro lado del río, se conserva la zona intimista con calles más estrechas y que conservan el sabor de tiempos pasados. De la calle Steingasse arranca una senda conocida por el nombre de “Stefan Zweig Weg”.

Se trata de un camino de unos 3 km de larga pendiente que atraviesa un bosque de tilos y cuyo final es una bellísima mansión que perteneció al escritor Stefan Zweig. El genial autor, en su momento el más traducido del mundo, vivió en esa casa durante 15 años.

En la actualidad se conserva intacto todo el interior; su biblioteca, las habitaciones y la amplia terraza con vistas a los Alpes bávaros; allí, en ese mirador, aún hoy se mantienen los platillos colocados en el suelo de donde bebían sus apreciados perros.

La muy inclinada cuesta, que antaño atormentó al cartero de la época, se hace extraordinariamente agradable gracias al silencio y a las espléndidas vistas a las que se tiene acceso desde algunos recodos del camino.

Al llegar a la terraza tuve que permanecer en espera para poder acomodarme en una de las mesas que allí se encuentran, situación que me llamó la atención pues una de ellas se encontraba vacía. La respuesta me vino de la guardesa “puede Vd sentarse si lo desea, pero era el sitio preferido del doctor Zweig. Alrededor de aquella mesa, y sentados en las sillas que la rodean, se celebraban las tertulias con los escritores Thomas Mann, James Joyce , Paul Valéry y H.G. Wells y los músicos Ravel, Richard Strauss y Bartok”. Como no podía ser de otra forma mantuve la tradición y espere paciente mi turno.

Antes de marchar volví a mantener una breve charla con la encargada. Me aclaró que las tertulias culturales duraban toda la tarde… y que incluso con sus mejores amigos, Freud y Toscanini, terminaban al día siguiente con un grandioso desayuno.

Sobrecoge pensar en la huída precipitada de Zweig en el año 1.934 acosado por el creciente nazismo. A partir de ahí, el autor de tan extraordinarias obras, emigró a Gran Bretaña, E.E.U.U. y Brasil en donde, atormentado y convencido de que Hitler llegaría incluso allí, se suicidó en 1.942, justo 3 años antes que el dictador alemán.