Libro breve en sus páginas, 232, y sin embargo duradero en el recuerdo.
Ralf Rothmann narra la historia de Walter y Friedrich (Fiete en la novela) en las fechas en que el ejército alemán está perdiendo la II Guerra Mundial.
En pleno derrumbe del ejército alemán, ambos son incorporados a filas y solo llegan a tiempo de contemplar y VIVIR el drama de la deserción de los soldados alemanes en contraste con el sentido del deber de unos pocos.
El destino donde tienen que participar del agónico final de la maquinaria bélica nazi, Walter tiene más fortuna que su amigo que es enviado al frente en Hungría. El casual infortunio lleva a que el propio Walter sea incluido en el pelotón de fusilamiento que va a acabar con la vida de Fiete, condenado a muerte.
Rothmann es un maestro en recrear los ambientes para dejarnos a los lectores con el gusto de disfrutar de las descripciones la vida en la granja en contraste con la visión de los campos después de una batalla.
El libro se cierra con una descripción maravillosa de la visita del protagonista al cementerio de Bielefeld que afianza la idea de que estamos ante el autor más importante de su generación.